ALIANZAS Y CONVENIOS CON INSTITUCIONES Y OTROS MINISTERIOS

Los llamados desafíos del Siglo XXI ya venían interpelando desde hace algunos años a la escuela tradicional y convocando a un cambio profundo de un paradigma centrado en los contenidos, a un paradigma centrado en el desarrollo de capacidades. Así lo proponen los marcos curriculares actuales enmarcados en las resoluciones del CFE (Secundaria 2030). El diseño curricular de Educación Primaria de la Provincia de Mendoza (2019), también da testimonio de estos profundos cambios que aún buscan transformar las prácticas pedagógicas reales. El enfoque de desarrollo de capacidades nos pone frente a un nuevo modo de entender la dinámica pedagógica: un estudiante protagonista, comprometido con su aprendizaje; un docente que anima el deseo de aprender y despliega un abanico de estrategias diversificadas para atender a las necesidades y posibilidades de todos los estudiantes, en diálogo con el contexto; una evaluación que, entendiendo el carácter constructivo de las capacidades, acompaña y orienta el alcance de nuevos desafíos.

Un cambio de paradigma implica una transformación profunda y no es suficiente con que los marcos curriculares expresados en las políticas educativas se modifiquen para que esto se haga realidad en los modos de enseñar y aprender. La investigación ha demostrado que los procesos de cambio genuinos y eficaces son los que se generan en direccionalidad horizontal, con un involucramiento genuino de todos los actores, mediante procesos de participación, diálogos reflexivos, colaboración y fortalecimiento de la confianza mutua. En tal sentido, la figura de un director  que despliegue un estilo de liderazgo basado en la confianza, en la capacidad de diálogo, en la construcción de cultura colaborativa, se vuelve indispensable.  

El contexto post-pandemia que vislumbramos hacia 2021 nos posiciona ante nuevos retos. Las previsiones nos hacen anticipar que la heterogeneidad que siempre habitó nuestras aulas será más notoria y que las brechas de desigualdad se habrán profundizado. Será fundamental en las escuelas gestionar capacidad para advertir prioridades educativas, para gestionar proyectos en perspectiva innovadora, para construir indicadores que permitan trazar los caminos de mejora, administrar recursos, etc. que aseguren el acompañamiento de las trayectorias de aprendizaje de todos los y las estudiantes. Entendiendo por trayectorias educativas al desempeño de los alumnos a lo largo de su escolaridad, año a año, observando su punto de partida y los procesos y resultados del aprendizaje. Este concepto subraya la importancia de conocer la historia de cada alumno en la escuela, teniendo en cuenta su pasado y su futuro.